Boda con Barcelona a nuestros pies

Núria y Xesco protagonizaron una boda elegante, emotiva, divertida. En el restaurante Mirabeu, con Barcelona a nuestros pies.

Núria y yo nos conocíamos tras nuestro paso por el programa de radio de la Cadena Ser 3,14. Yo participé durante dos temporadas como monologuista de cabecera del programa. Núria fue invitada en un programa yel monólogo de aquel día le gustó.

De eso habían pasado 3 años, pero cuando decidió casarse, pensó en aquel monologuista bajito. Pensó que podía ser una buena opción como maestro de ceremonias. A la vista de los resultados, no se equivocó. Si de una boda sale otra boda, de esta, han salido dos. Por lo menos a mí. Casaré a dos parejas que estuvieron presentes en la celebración. Dentro de unos meses, ya os contaré como va…

Ahora os hablaré de ellos, de Núria y de Xesco. Hacen una pareja que los casarías cada día si hiciese falta. Simpáticos, buenas personas, inteligentes, guapos (para mi gusto ella más que él, pero eso es muy personal)… solo tienen un defecto: se quieren tanto, tanto, que dan un poco de rabia.

Uno se pregunta: ¿es posible tanto amor? Se ve que sí. Ya llevan viviendo juntos unos cuantos años y además no viven solos: los hijos de Núria están por allí. Constatemente.

Por supuesto, no solo recabé información de los novios de ellos mismos o de los amigos y amigas. TAmbién de los hijos, de los que esperaba críticas sibilinas a la madre y no tanta sibilinas a Xesco. Pero no. Para nada. De hecho uno de los momentos más bonitos fue cuando le di la palabra a la hija (soy capaz de compartir el micro, si me concentro mucho) y esta habló de que significaba Xesco en su vida… Sí, lo reconozco, yo también lloré.

Pero enseguida me repuse y después de la intervención subí el nivel de humor para compensar.

Tenía material más que suficiente. Tanto ella como él hicieron bien sus deberes: me pasaron un montón de info el uno del otro, además, material realmente jugoso.

Les hice también algunas preguntas para ver si se conocían realmente. Con ellas acabé el monólogo personalizado propiamete dicho, antes de iniciar la ceremonia de los anillos y los votos.

Quizá era el ambiente y el lugar, quizá eran los novios, pero se respiraba un ambiente relajado, festivo pero sin nervios. Núria estaba algo más nerviosa al iniciar la ceremonia, pero cuando le dije que Xesco me había asegurado que diría que sí, respiró… Quizá no las tenía todas consigo…

Tras darse los anillos les hice leer los votos que había preparado para cada uno de ellos. Estaban llenos de humor y eran una especia de propósitos de enmienda, porque nadie es perfecto… Tras los votos, les dije que ya podían besarse, pero no esperaba que se lo tomasen de forma tan literal. No estoy seguro, pero quizá siguen allí, a los pies de Barcelona, besándose…

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