Oficiando unas bodas de oro entre viñas

¡Buenas tardes a todos los presentes en este hermoso rincón de la Cavas Torelló! Es un honor y un placer estar aquí hoy como su maestro de ceremonias, celebrando un evento tan especial como los 50 años de casados de Josep y Mercé. Esta no es una ocasión cualquiera, es un verdadero hito en la historia de amor de esta increíble pareja, ¡medio siglo juntos!

Para empezar, me gustaría destacar que, a pesar de que llevan 50 años casados, siguen siendo igual de apasionados el uno por el otro como el primer día. No importa si están rodeados de viñas o en la comodidad de su hogar, su amor es evidente en cada mirada y gesto cariñoso. Son un ejemplo inspirador de lo que significa el compromiso verdadero.

Y ahora, hablemos de humor, porque si hay algo que caracteriza a Josep y Mercé, es su sentido del humor inquebrantable. Durante cinco décadas, han compartido risas, chistes y momentos cómicos que han hecho que su matrimonio sea verdaderamente especial. Siempre han sabido cómo hacer reír a los demás, y es por eso que hoy vamos a recordar algunas de sus anécdotas más graciosas.

Josep, con tu ingenio agudo y tu capacidad para hacer sonreír a todos en las situaciones más inesperadas, has sido la fuente de luz en la vida de Mercé. Y Mercé, con tu risa contagiosa y tus ocurrencias, has hecho que cada día sea una aventura para Josep. Juntos, son un equipo dinámico que irradia alegría y diversión.

Ahora, llega el momento de personalizar esta celebración con votos finales basados en la vida de Josep y Mercé. Queridos Josep, sé que Mercé es tu compañera de aventuras favorita y que cada día con ella es como un buen vino que mejora con el tiempo. En estos 50 años, has aprendido a apreciar las pequeñas cosas de la vida y a disfrutar de cada momento juntos.

Y tú, querida Mercé, sabes que Josep es el hombre con el que siempre puedes contar, sin importar las circunstancias. Su amor y lealtad hacia ti son inquebrantables, y estoy seguro de que ambos seguirán creando recuerdos felices en los años venideros.

En este hermoso escenario de Cavas Torelló, rodeados de viñas, los invito a brindar por la vida que han construido juntos y por la que aún les queda por vivir. Que su amor siga floreciendo como las vides que los rodean, enraizado en la fortaleza, la pasión y el humor que siempre los ha caracterizado.

Josep y Mercé, que estos próximos 50 años estén llenos de amor, risas y más anécdotas para compartir. Felicidades por medio siglo de amor inquebrantable. ¡Salud a esta maravillosa pareja!

Boda con una entrada espectacular del novio

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte cuando me encontraba de pie en el escenario improvisado de una hermosa casa rural, preparado para oficiar una de las bodas más memorables de mi carrera como maestro de ceremonias. La atmósfera estaba llena de emoción y alegría, como si el amor en el aire hubiera contagiado a cada rincón del lugar. Los invitados se acomodaron en sillas al aire libre, ansiosos por presenciar el matrimonio de dos almas destinadas a estar juntas: María y Alejandro.

Mientras el murmullo de la multitud se apaciguaba, la novia, radiante en su vestido blanco, caminó hacia el altar de la mano de su padre. Los ojos de Alejandro se llenaron de lágrimas de felicidad y admiración al ver a su futura esposa acercarse. Una vez que María estuvo a su lado, intercambiaron sonrisas llenas de amor y emoción, creando un momento mágico que capturó el corazón de todos los presentes.

La ceremonia fue todo menos convencional; estuvo llena de risas y complicidad entre los novios. Optaron por votos matrimoniales personalizados, escritos por mí para expresar sus sentimientos más profundos y sinceros. Cuando llegó el momento de leer los votos, María miró a los ojos de Alejandro y, con voz clara pero emocionada, le prometió amor eterno y apoyo incondicional en su viaje juntos. Alejandro, con voz temblorosa por la emoción, le prometió lealtad y amor eterno, haciendo que María se sintiera la mujer más especial del mundo.

El intercambio de anillos fue un momento mágico y significativo. Los anillos, elegidos con cuidado y amor, simbolizaban la eternidad de su compromiso. Con manos temblorosas pero seguras, Alejandro colocó el anillo en el dedo de María, prometiéndole fidelidad y amor eterno. María hizo lo mismo, sellando su promesa con un beso apasionado.

La ceremonia culminó con aplausos y lágrimas de alegría por parte de los invitados. María y Alejandro se abrazaron con fuerza, compartiendo la felicidad de unir sus vidas en ese momento tan especial y único. Como maestro de ceremonias, me sentí profundamente honrado de haber sido parte de esta experiencia tan personal y emotiva.

La boda en la casa rural se convirtió en un recuerdo imborrable para todos los presentes, un testimonio del poder del amor verdadero y de cómo una ceremonia personalizada puede transformar un evento en algo verdaderamente extraordinario. En ese día, todos fuimos testigos de un amor puro y auténtico, y me sentí agradecido por haber contribuido a hacer de ese momento un recuerdo para toda la vida.

Boda entre amigos

Celebrar tu boda con un monologuista: puede parecer extraño, pero Pep Ruiz puede unir cierta solemnidad y emotividad deseada en una boda con el humor de todo buen monólogo.

Miriam y Artur eligieron esa opción y el resultado fue más que el deseado por ellos mismos.

Un mes antes, Miriam se puso en contacto con Pep Ruiz y empezaron a plantear primero como querían que fue la boda. A Pep le fue quedando cada vez más claro: sencilla, informal y divertida.

Pep Ruiz también habló con los dos novios, por separado para saber cosas de ellos, de cada uno de ellos, pero desde la mirada del otro.

También habló con dos amigas comunes, una de ellas, además, trabajaba con los novios cuando se conocieron: eso era una mina para preparar el monólogo personalizado, desde luego.

¿Cómo plantear una boda con monólogo personalizado? ¿Qué parte tiene que haber de humor y qué parte de emoción? Encontrar el equilibrio entre las dos cosas es sin duda una de las claves para conseguir una bonita boda, inolvidable para todos.

Uno de los hilos de los que tiró Pep fue Africa, la hija de los novios, que con solo 4 añitos, sería una de las protagonistas, entregando los anillos y participando en algunos momentos junto con Pep.

Habían planeado que la boda sería al ire libre, bajo un árbol, pero la intensa lluvia obligó a celebrarla en un recinto cerrado, una hermosa masia del siglo XIV, con unos techos impresionantes y grandes muros de piedra.

Tras la llegada de los novios, y la irrupción de Africa, Pep dio rienda suelta al monólogo.

Los invitados estaban algo descolocados, Pep había conseguido introducir el rumor de que la boda la haría un juez de paz y que sería muy aburrida. Los primeros gags cogieron a todos un poco desprevenidos y esa sorpresa inicial fue genial, funcionó muy bien.

Después, todo fue rodado, Pep explicó, desde el humor, como eran ellos, cómo se habían conocido y cómo era su relación. Todo fue muy divertido, pero Artur y Miriam forman realmente una gran pareja así que era hasta inevitable que la emoción fuese apareciendo por momentos.

Y así fue. Al final, el casi acaba llorando fue el novio. Miriam, aguantó el tipo, pero desde luego, la procesión iba por dentro.

Finalmente, hubo beso y hubo sí. Hubo boda, hubo risas y hubo emoción.

La lluvia incesante quedó en una anécdota!!!!