40 años con monólogo personalizado
Cuando me propusieron preparar un monólogo para Adela, que cumplía 40 años, tuve claro que no podía ser uno cualquiera. Porque cuando una persona celebra cuatro décadas de vida, lo mínimo que merece es que se hable de ella, de lo que ha vivido y de lo que la hace única. Así que enfoqué este encargo con una misión muy clara: 40 años con monólogo personalizado.
El primer paso fue hablar con su marido. Y no fue una sola conversación, ni mucho menos. Quedamos varias veces —en persona, por teléfono, por mensajes— y cada encuentro me abría una nueva ventana a la vida de Adela. Él me contaba anécdotas de su juventud, de su trabajo, de sus amistades, de lo que la hace reír hasta que le duele la barriga y también de aquello que, cuando se menciona, le humedece los ojos de emoción.
A partir de toda esa información fui construyendo una historia con humor, pero también con corazón. Quería que, al escucharme, Adela reconociera su propio recorrido, con todas sus locuras, sus retos y sus victorias. Porque cumplir 40 años no es solo soplar velas: es mirar atrás con orgullo… y reírse mucho en el camino. Lo que yo buscaba era celebrar 40 años con monólogo personalizado que no dejara indiferente a nadie.
El proceso creativo: cómo se prepara un monólogo personalizado
Mientras escribía, me imaginaba su reacción a cada chiste, a cada guiño personal, a cada recuerdo compartido. También me esforcé en equilibrar los momentos cómicos con aquellos que sacan una sonrisa diferente, de esas que vienen del alma. Quería que la homenajeada sintiera que cada palabra estaba ahí por ella y para ella.
El día del cumpleaños, cuando llegó el momento de subirme al escenario y empezar el monólogo, tenía un único objetivo: que Adela se sintiera la persona más especial del mundo. Y entonces ocurrió. Se rió, se emocionó, miró al público con complicidad y, por un momento, todo su universo fue aplausos, cariño y fiesta.

Si tú también crees que un cumpleaños especial merece un monólogo hecho a medida, ya sabes dónde encontrarme. Porque cumplir años está bien… pero cumplirlos riendo es mucho mejor.
Eso es lo que significa 40 años con monólogo personalizado: transformar una celebración en una experiencia única; convertir recuerdos en risas; hacer que la protagonista se vea reflejada en cada frase.
Para saber cómo suelo trabajar, aquí tienes algunos videos míos:
http://www.monologopersonal.com
y también en mis redes sociales:
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